Inmerso por entonces en la visión holista de Odum, Margalef en 1968 intentó explicar la sucesión ecológica como la variación en la transferencia de energía (información) desde estadios menos maduros y con pérdidas, hasta otros más maduros y eficientes (Margalef, 1968, Perspectives in Ecological Theory).
Una de las contribuciones más señaladas de Margalef fue la idea de que la cantidad de información aumenta durante la sucesión. Según eso, la sucesión es el avance hacia un estado que puede funcionar y perdurar si es capaz de mostrar un comportamiento cooperativo entre sus organismos, que compagine el flujo de energía endosomática con la tolerancia a las perturbaciones externas.
La naturaleza, en palabras de Margalef, ‘saca siempre provecho de lo inevitable’. Sin duda, la adaptabilidad de las especies pasa por la colaboración en la construcción y mantenimiento de un sistema, dentro del cual se maximiza el flujo interno de información. Más tarde, Margalef (1997, Our Biosphere) se hizo más escéptico y dijo que, aunque confiaba en que alguna de estas tendencias pudieran contribuir a explicar la sucesión, creía que era improbable por dos razones:
- porque las interacciones entre organismos muestran demasiada complejidad (diferencias en conectividad y transferencia de energía), muy difícil de interpretar, y
- por la diferente respuesta de los ecosistemas a la perturbación.
Sin embargo, sus ideas se entrelazan con las que más tarde propuso la teoría de juegos para explicar, en Ecología, el comportamiento de los seres vivos en situaciones de conflicto y/o perturbación en el paso de energía entre los individuos. La comprensión de estos temas ha sido facilitada por la modelización propuesta en la teoría de juegos y la elaboración de una base matemática firme tras el uso de esos modelos.
Margalef estuvo siempre pendiente de posibles expresiones sintéticas que explicasen la dinámica de los ecosistemas. Al principio de sus trabajos, él vio la sucesión como un proceso de auto-organización, que conllevaba una disminución gradual de la entropía, junto a la paulatina disminución de la influencia del ambiente y al progresivo aumento de las interacciones bióticas. Pero también afirmó que quizás hay pocas leyes en la naturaleza y la mayor parte funcionan como principios de impotencia (Margalef 1968). Sin embargo, la constructividad, la tendencia a complicar estructuras y acumular información, reforzada por la presión de selección, son algunos de los patrones más característicos de la Biosfera (Margalef, 1991,Teoría de los sistemas ecológicos).
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http://www.vol.no/nyheter/bo/article8165535.ece